Para este vídeo de Dora García vemos como una niña toma unas lecciones sobre técnicas de respiración. Dejando su respiración (su vida) en manos de una entrenadora, el trabajo aborda cuestiones de confianza e intimidad, puesto que darle el control de la respiración a otro es en si mismo un acto de desposesión del cuerpo.

Si una puede aprender a respirar, a dominar las pautas y los tiempos entre aspirar y expirar, también puede prepararse para realizar el proceso contrario, el de aprender a dejar de hacerlo. Minimizando las tomas de aire, regulando los procesos de sístole y diástole para que estos disminuyan de frecuencia, una puede llegar a ralentizar el proceso de tal forma que se acerque a la falta de respiración total. En este caso la persona que conoce las técnicas, que domina el proceso es la entrenadora.

Llevar el cuerpo hasta el límite es un ejercicio de auto-control pero también puede ser, como en este caso, un ejemplo de total predisposición y confianza hacia otra persona. Entre esta disyuntiva se mueve este trabajo que más que aseverar, lo que parece hacer es abrir nuevas preguntas. ¿Que nuevo tipo de relación entre estos dos seres humanos se va a configurar?¿Cual es el limite de la confianza en el otro?¿Tiene todo proceso corporal su reverso simétrico?¿Donde se establece el límite entre la sumisión y la dominación? ¿Será la dominación de la respiración una forma para conservar la juventud? Estas y más cuestiones se ponen en circulación al visionar este trabajo que se muestra completamente abierto y que no cierra ninguna de las posibles respuestas.